1 - ¿Qué objetos te acompañaron toda tu vida?
El cuerpo. el que veo y el que intuyo. Alzar la copa de vino
y observar en la otra mano, la quieta, cierto temblor, las venas rugosas.
Sentir el trago que ingresa y la saliva, tras el trago. Los pies en el frío y
no viceversa. La voz que habla sola, la verdadera voz. Una gota de sangre en el
lavabo. También el cuerpo intangible. El otro cuerpo. ese que recuerda, piensa,
siente y vuelve a recordar, indefinidamente.
2 - ¿Sentís presencias, voces, músicas del trasmundo?
Hay épocas en las que ciertas percepciones son de una
nitidez estremecedora. Pero nunca las alcanzo al escribirlas. Es infructuoso.
Nunca las alcanzo. Y se demoran entre un salto y otro. Igual las espero cada
día. Estoy alerta. Las más de las veces, en vano.
3 - ¿Qué pensás de la rosa, los anillos, el mar y los
tatuajes?
Que son palabras, artefactos, trucos para levantar o
derribar el poema.
4 - ¿Cuál es tu superstición?
Ir de noche a caminar a orillas del río Areco, como antes al
Río de la Plata
y esperar que algo suceda. Que las aguas (no esas que miro, sino las que siento
correr dentro, que son todas las aguas) me den aunque sea una palabra, un
indicio, una ráfaga de algo que todavía en mi no se ha manifestado.
5 - ¿En qué parte del cuerpo, el aire o el paisaje sentís la
poesía?
Soy dionisiaco y la poesía está en todo el cuerpo y en
aquellas cosas que al cuerpo deleitan. Pero al mismo tiempo soy Minotauro y la
poesía está en otro territorio, uno impreciso. Todo está adentro y todo está
afuera, como en las Tablas de Esmeralda de Trismegisto. Viajo entre el arriba y
el abajo, sin descanso. Busco por la pasión de buscar, yendo y regresando, una
y otra vez, pero en realidad, sin moverme. La poesía se mueve por mí.
6 - ¿Escribís mientras escribís, o antes, o después?
Creo que siempre es antes. En mi caso, al menos. Creo que es
mi niño el capacitado para algún tipo de hallazgo, por llamarlo de algún modo.
Las tareas de reproducir, primero y corregir, después las hace el adulto. Es el
que sabe o –mejor dicho- el que supone que sabe. Pero antes de dar estos pasos,
el niño ya hizo todo lo que importa en verdad. Lo único que importa.
7 - ¿Qué autores no releerías?
No pienso en cuáles no releería porque ya están incorporados
y forman parte de las influencias, esas que sirven para saber qué es lo que no
quiero. Prefiero pensar en autores que me hubiera gustado descubrir antes de
los 20 años, como Celan o Elytis, por nombrar algunos y mucho mas aún, pensar
en aquellos poetas que no conozco todavía.
8 - ¿De los poetas que conociste cuál, cuales te parecieron
que unían su vida a sus palabras?
De los muchos que me ha tocado conocer, en referencia
directa a la pregunta, me impactó Gelman. Con Eugenio Mandrini me une una
amistad principal, diría, pero quizá también sea por esta coherencia que lo
amo. Seguramente hay mas, que ahora no recuerdo. No lo conocí a él, aunque si y
mucho a su entorno, ha sido fundamental en mi como lector de poesía y motor en
mi primera juventud, pero dicen de Tuñón, que en este aspecto era uno de los
imbatibles.
9 - ¿Qué, quién, quiénes escriben en vos?
No quisiera sonar recurrente, pero diría que es el niño o
todo eso que llamo niño. El portador de cierta memoria, también de una atroz
melancolía, del placer de los sentidos, de lo lúdico, lo onírico, de la
negación de la felicidad.
10 - ¿Vuelven algunas palabras, algunos temas o algunos
climas?
Todo regresa, todo el tiempo. Las palabras, los temas, los
climas. Todo. Ellos me envuelven desde el principio aunque los paisajes, el
interior y el exterior, cambien con uno. Pero si la poesía es tono, ritmo e
imagen; el tono o la voz interna, no cambia. El ritmo o la respiración y el
latido, tampoco cambian. Y la imagen... Ah la imagen, eso es otra cosa. La
imagen es una trampa formidable para que creamos que es otro quien escribe.
Pero es un camuflaje. Siempre escribe el mismo, rodeado de lo mismo.
11 - ¿En tu vida la poesía, como propósito, destino o
circunstancia?
Yo soy mi palabra. Mi palabra es lo que escribo y también lo
que no escribo. En mi palabra está cómo me doy y cómo me niego. Además soy
hombre, pero ese hombre que soy también se hace palabra y a la hora de la
acción, el tiburón de la palabra se devora al hombre.
12 - ¿Qué quisieras leer mañana, que quisieras releer para
siempre?
“Releer siempre” es para mi “Anábasis” de Perse. Al menos
hasta ahora. Lo comencé a leer antes de los 25 años, tengo 54 y cada vez que lo
abro hay allí un nuevo texto y un nuevo lector. Ambos me siguen sorprendiendo.
13 - ¿Qué pensás del romanticismo alemán?
Supongo que
podría haber sobrevivido sin leer a Goethe, a
Novalis, a Heine o a Schiller; pero yo no sería yo sin haber leído a Hölderlin.
Entonces y más allá de la subjetividad de nombres, cosa caprichosa si las hay,
el romanticismo fue algo que debía suceder inexorablemente. Y sucedió, como
luego el modernismo y el surrealismo después.
14 - ¿El silencio, la soledad, la transparencia, el orden,
adentro, afuera, a veces, nunca?
El silencio y la soledad como aliados insustituibles. Amo
algunas transparencias, pero no a todas. No tengo que ver con el orden, no me
simpatiza y además me asusta. Adentro y afuera son, como arriba y abajo, lo
mismo. El a veces, con gusto a poco o a exceso, vale un reino. El nunca, como
el jamás, el nada y el siempre, son las palabras mas largas del mundo. Estas si
me gustan, aunque las bastardeo a cada paso. Ellas se dejan. Quizá es por eso
que me gustan.
15 - ¿Qué fue lo imposible?
Recobrar lo nítido de ciertas visiones hoy confusas: Una canoa
roja a la deriva o tal vez, azul. Un jilguero asustado. Las manos de mi abuelo
partiendo el pan. El resplandor de la escarcha camino a la escuela. Y aquel
verano. Aquel verano.
16 - ¿La poesía es un arma cargada de futuro, pasado,
eternidad?
La poesía, el arte, no pueden cambiar al mundo pero pueden
modificar algo en el hombre. Ya se sabe. En este sentido diría que Gabriel
Celaya tenía razón. Pero personalmente creo que la poesía, si es un arma, está
cargada sólo de pasado y de ahora inmediato. No se qué cosa será la eternidad,
pero –parafraseando a Desnós- “Tengo un profundo sentido de lo infinito”. Y
esto es lo que me hace poeta.
17 - ¿La poesía es literatura?
Es literatura porque es lenguaje, pero sólo eso. Ahí
comienza y ahí termina toda su relación. Cuando hablo del niño, estoy hablando
de un estado, un estado lírico, total no parcial, un estado de búsqueda del
espíritu a través del lenguaje, un estado de revuelta que surja desde la
palabra para despertar al hombre salvaje que nos habita, muy adentro. Ese
hombre en cuclillas que nos mira desde el fondo del arrecife. Un vislumbre en
un cuarto cerrado.
18 - ¿Qué lugar ocupa la poesía Argentina en Latinoamérica y
en la
lengua castellana?
Creo que, lo que se podría llamar “espíritu de lo europeo”,
ha germinado aquí como en ningún otro sitio del continente. Pero también es
cierto que fuera de las grandes ciudades este “espíritu” se hace menos
evidente. En cuanto a la lengua castellana, quizá por ese detalle que menciono,
la poesía argentina haya cobrado una dimensión distinta; ni mejor, ni peor,
diferente.
19 - ¿Cuáles poetas argentinos te parece que deberían estar
y no están?
Ramponi es un poeta invisible y pocos merecerían, pienso, un
lugar mas alto. De Lellis, igual, es otro ninguneado inexplicablemente. A
Fijman se lo encerró desde adentro y desde afuera y no se lo deja salir más que
de “recreo”. Romilio Ribero fue un poeta salvaje y desesperado. Lo arrinconó el
olvido. A Porchia cada vez se lo empuja más a la nada. Viel Temperley es casi un
fantasma. María Meleck Vivanco, sólo un maravilloso recuerdo para sus amigos,
pero nada más. En fin. No sigo.
20 - ¿Alguien te llevó, o fuiste solo a esa palabra oscura?
Otra vez el niño... y ciertas lecturas, claro. Ahora pienso
en Vallejo, más que en ningún otro.
21 - Fuera de la poesía ¿que campo del arte te interesa?
Me interesa todo el arte porque la poesía forma parte de él,
es su hueso. Si escucho a Charlie Parker, escucho un poema de Charlie Parker.
Si observo una pintura de Francis Bacon, veo un poema de Francis Bacon. Del
mismo modo que si me paro a orillas del río, me conmueve el inquietante
discurso del agua. Para el poeta la poesía está en todas las cosas. La poesía
es dios para el poeta.
22 - ¿La poesía es una tarea del espíritu o una emanación de
la historia? ¿Hay espíritu, hay historia?
Si la poesía está en todas las cosas, pues, no hay divorcio
posible.
23 - ¿Cuál es la mayor dificultad en la relación
existencia-poesía?
La poesía es una forma de vida, pero existir es sobrevivir.
Ahí nace el espanto.
* Tangopoemas (Ediciones El cañón Oxidado, 1989)
* La isla de la sirena de las escamas de fuego (Colección de poesía Elefante en el bazar, 1995)
* Naufragario (Editorial Turkestán, 1997)
* Amantes zodiacales (Premio Diario La Nación, 1998)
* El nadador unánime (Fondo de Cultura Económica, 2004)
* Los pasajeros de Renca (Ediciones del Viento, 2004)
* La balada del pájaro tinto (Ediciones del Viento, 2006)
* Fuego Negro (Editorial Turkestán, 2011)
* La balada del pájaro tinto (Ediciones del Viento, 2006)
* Fuego Negro (Editorial Turkestán, 2011)
Hugo Toscadaray, el poeta, el hombre, el hacedor de versos, el profesor. Me alegró enormemente leer este reportaje y recordar o redescubrir facetas, algunas presentes, otras veladas, pero que lo pintan así, tal como lo conocimos en la breve experiencia de un taller que nos dejó una inolvidable y exquisita experiencia de poesía e impacto en el alma. Gracias y Felicidades!!
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