martes, 19 de junio de 2012

ANTONIO LÓPEZ MEDINILLA (ESTEPONA, MÁLAGA, 1965)




¿Qué objetos te acompañaron toda la vida?

Mi cuerpo, mi carne, esa entrañable costumbre de mirar cómo late algo propio que se percibe como ajeno, extranjería no obstante familiar, como familiar y casi obligatoria la piedad que se siente por “ello”, desde “ello”. Allí estuve siempre.
2. ¿Sentís presencias, voces, músicas de trasmundo?

Me esfuerzo, me esfuerzo mucho.

3. ¿Qué pensás de las rosas, los anillos, el mar, los tatuajes?

Que son piezas, muy hábilmente elegidas, que promueven la analogía lírica, es decir: unir la disolución que conlleva nombrar rosa-anillo-mar-tatuaje en cubículos cerrados.
4. ¿Cuál es tu superstición?

Como buen mediterráneo, siento que nada digno puede surgir lejos del mar.

5. ¿En qué parte del cuerpo, el aire o el paisaje sentís la poesía?

Soy panteísta de alguna manera: todo (completud) demanda ser en todo, todo ansía lo otro. Esta respiración es movimiento y deseo perpetuo hacia lo otro. Con los pies un poco más en la tierra y las letras: el “sentimiento-paisaje” de los expresionistas alemanes. La identificación entre sentimiento y paisaje. La fusión de la vivencia lírica y el paisaje. El paisaje y el lenguaje, sin distancia entre objeto y sujeto. Ahí reside uno de los instrumentos más maravillosos de lo literario. La naturaleza no existe en el papel. Es otra naturaleza aquella que pronuncia nuestros nombres en los silencios.
6. ¿Escribís mientas escribís, antes y después?

“Soy” en la palabra y existo sin la palabra. La escritura es lo poco salvable que hay en mí. De otro lado, pertenezco a la raza de los obsesos de la reescritura. No he leído nada mío donde no haya ajusticiado que no “era eso”, no, no era eso.
7. ¿Qué autores no releerías?

No tanto a autores, sino a libros o géneros de esos autores. Por ejemplo, no leería nunca más las poesías de Borges o Cortázar pero sí leería eternamente a Cortázar y a Borges.
8. ¿De los poetas que conociste cuál, cuales te parecieron que unían su vida a sus palabras?

Terrible este tema: en el peor de los casos, poesía como reflejo de la existencia, y en el colmo de los colmos, poesía como periodismo de los sentimientos-vivencias de la existencia. Ello resulta en las antípodas de mi visión de lo lírico. Hay tantos,. Y luego sucede lo que sucede (me permito sonreír): confundir un libro con una persona. Conocés al tipo escritor y apetece rompernos la cabeza contra la pared mientras incendias los libros. ¿Cómo pudo ser? –te preguntas derrotado, en el asombro y el tedio.

9. ¿Qué, quién, quiénes escriben en vos?

Intento ser permeable a todo mi “no-yo” en mis trabajos. En fin, toda mi literatura es digna de ser ultrajada venturosamente por lo ajeno, lo otro. No le veo otro sentido.
10. ¿Vuelven algunas palabras, algunos temas o algunos climas?

La ausencia, el ser-no-siendo, la fascinación y el horror a la materia, la soledad en el proceso comunicacional. Los objetos que encarnan en el símbolo esos sentimientos: el mar, las piedras, la llama, las alas, lo verbo, lo sin.

11. En tu vida, ¿la poesía como propósito, destino o circunstancia?

La poesía como propósito (escritura de la escritura), destino (ser la palabra) y circunstancia (jamás esperé esto).

12. ¿Qué quisieras leer mañana, qué quisieras releer para siempre?

Los otros días, un amigo mío, poeta español, Valentín (va un saludo) publicitó la reciente edición de una antología sobre el ultraísmo español: me encantaría leerlo mañana mismo. Me gustaría leer siempre, lógicamente pues es un libro infinito y cíclico, el “Bronwyn” de Juan Eduardo Cirlot. O mejor: el libro infinito y cíclico que es Juan Eduardo Cirlot.

13. ¿Qué pensás del romanticismo alemán?
 
Que era inevitable en el movimiento dialéctico de la literatura. Y que la literatura contemporánea, en concreto la lírica contemporánea, comenzó en la subjetividad romántica –no hablo ya de lo alemán.
14. ¿El silencio, la soledad, la transparencia, el orden, adentro, afuera, a veces nunca?

Por orden de mayor a menor: nunca, el silencio, lo “a veces”, la transparencia, el orden, la soledad, lo adentro, lo afuera.
15. ¿Qué fue lo imposible?

Yo, y su necesidad cuestionable.

16. ¿La poesía es un arma cargada de futuro, pasado, eternidad?

Parafraseando: su reino no es de este mundo, no porque lo obvie -al contrario. No es de este mundo porque va más allá de este mundo. La poesía no sirve para nada en este mundo (no sirve para nada ergo sirve para todo: las falsedades racionales, ya se sabe).

17. ¿La poesía es literatura?

Poesía es literatura. Pero la poesía no es narración ni gramática narrativa, a ver si nos entra eso alguna vez en la cabeza. La lucha por un lenguaje exclusivamente lírico es la finalidad de este movimiento dialéctico de la literatura lírica. Volveremos al lugar del nacimiento –o le prendo fuego a todo.

18. ¿Qué lugar ocupa la poesía argentina en Latinoamérica y en la lengua castellana?

Difícil decir para un español, un europeo, sin los conocimientos pertinentes de lo argentino, hablar de su poética de manera precisa en un marco latinoamericano o europeo. De todas formas, resulta más que paradójico el tono “europeo” de la literatura argentina, difícilmente ubicable en otros países latinoamericanos. Quizá esta es su mayor influencia: una proyección de los vicios, visiones y fortunas del antiguo mundo en el nuevo mundo.
19. ¿Cuáles poetas argentinos te parece que deberían estar y no están?

Fijman merece la resurrección. Pizarnik, un perpetuo reencuentro. Porchia, una estatua en cada cuadra cuando comencemos a leerlo.
20. ¿Alguien te llevó o fuiste solo a esa palabra oscura?

A veces sueño que Medinilla me ayudó a ser esto.
21. ¿Fuera de la poesía qué campo del arte te interesa?

Cine, artes plásticas, fútbol, ajedrez, cine X.

22. ¿La poesía es una tarea del espíritu o una emanación de la historia? ¿Hay poesía? ¿Hay historia?

Algo debe ser entendido y subrayado: toda voz es “voz de su tiempo”. Entendido esto, surge la poesía, la historia y la flora tropical en la imposible calidez de la Antártida.
23. ¿Cuál es la mayor dificultad en la relación poesía-existencia?

Recordar que yo no soy esto sobre la hoja en blanco.

24. ¿Quisieras responder otras preguntas, quisieras hacer otras preguntas?

¿Por qué la espada de bronce no mata
si lo logra la lánguida mata de hierbas
donde te ocultas?

¿Cómo ha de ser la luz primera, noche?


¿No ves su danza, sol?
¿Eres justo,
Antonio Block,
ante
la gran dama,
la Peste Negra
?

¿En verdad me deseas,

compañero ángel,
para lo que aún no eres?

-¿Me permite ver

cómo copula,
laminada en blanco y negro?

¿Hay nubes?


¿Me recuerdan virgen?


¿Me dan agua?

¿La rosa, la Gaviota
olerán como él,
una cloaca
en blanco y negro?

¿Dónde serán de-

capitadas,
mi capitán?

-¿Cuántos sois, compañeros?

-¿Qué carne es ésta, Sweet Thames?

¿Otra vez la misma pregunta,

la misma flor que dice no?
¿Innombrable?

¿El mapa puede darme algo?
¿Puede darme fuego?

¿Virgo de óxido,

doncella muerta
que me besas,
conocés el futuro?

¿Te duele mucho, compañero ángel?


¿Estrella, qué

te había dicho yo?

¿Usted es el amo?

¿En verdad crees eso?
Por qué habla solo?




Poeta, editor (en Ediciones de LA IGUANA, junto a la poeta y editora Gabriela Bruch), diseñador gráfico e inesperado emigrante. Actualmente reside en la Argentina, Temperley, Buenos Aires. Entre sus obras publicadas: Medievo (Adamaramada, 2005), el SUR-sub, I-II (Ediciones de LA IGUANA, 2011), el SUR-sub, III + el libro de las preguntas, 2011).
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