1.
qué objetos te acompañaron toda tu vida?
Las herramientas de mis
abuelos; un par de toneladas de maderas antiguas; una mosca de bronce; una
tortuga de caoba; la guitarra; los perros, que son nuestros insectos mayores;
mis órganos anclados en el cuerpo.
2.
sentís presencias, voces, músicas del trasmundo?
Claro, en un ensayo revelo
el nombre de un perro que no deja de dictarme y dictarme, luchamos... le ignoro
los versos o conceptos que me grita; sí, grita con gritos gramaticales y
alfabetizados, es el Hemismocario alfabetizado. Cuando no escribo lo que me
dicta, me grita un verso mejor, insoportablemente mejor, vulnera mi
resistencia, desplaza mi umbral de ignorancia y me vence, me hace escribir. Es
notable, en sumerio perro se dice IPA y en acadio NUG, conocemos estas raíces
pero ignoramos absolutamente el origen de la palabra española PERRO, en una
tablilla se lee: “Utu batió su perro gigante que olfatea dioses y consternó
las semejanzas, las carencias y los perros menores guiaban a los niños de
tierra”. ¡Qué testimonio, la voz!
Supera a la fotografía, la voz es presencia, se la puede invocar, hasta nos
reconforta una inferencia, un sonido deducible y falso; las armonías, fantasmas
del cerebro.
3.
qué pensás de la rosa, los anillos, el mar y los tatuajes?
La rosa inexpugnable de los
días... Tal una cucaña vegetal consciente de su dote abandonada en las alturas;
la rosa, que toma su perfume de la tierra... Los anillos, ¿qué son?, ¿ónfalos
portátiles?, ¿un cilindro de lujos metafísicos? Ah, Confucio dice en las Analectas
que, para reconocer a los inteligentes y a los talentosos, se les debe
preguntar por el mar y por la montaña: el mar gusta a los primeros y la montaña
a los segundos; se establece así el sendero que va del mar a la montaña no hay
camino inverso. Me gusta Sierra de la Ventana.
Yo conservo el atávico
impulso de coronar mi nariz con un hueso o con un aro gigante. No hay estupidez
prehistórica que supere la nuestra, hay una distancia casi insalvable entre
dibujarse un deseo pago y ganarse por mérito propio el tótem, el potlash,
temerle al valor mágico de no ser.
¿Será el poema ese tatuaje
frustrado, tatuaje polisémico?
4.
cuál es tu superstición?
La poesía. Ese gran
instrumento mesolítico burgués, burgués es todo lo que lleva perro y fuego,
todo lo introducido a la cueva (alma) para terminar en la comodidad de los
instrumentos sin incomodidad; el lenguaje también me parece un avatar inducido,
no nos pertenece sino cuando lo adoramos lujoso y aburguesado de ofuscadas o
sutiles banalidades... y todas las
supersticiones que materializan las
ideologías. La comunicación, superstición moderna. La misericordia, la
esperanza, quizá hasta la ontología misma sea una dote de superstición para
resistir. Sin embargo, ninguna supera a la superstición de la poesía, cuya
esperanza te hace arrojar un kilo de sal al mar. La superstición que nunca pude
tener es la de la lectura. Sí, la palabra y el dinero, tecnologías para
distribuir superstición.
5.
en qué parte del cuerpo, el aire o el paisaje sentís la poesía?
¿Te pusiste en el cuerpo la
poesía? En los ojos que los párpados inundan de profundo, en los oídos que
analizan la meticulosidad del Ser, en el “estro locuaz”.
6.
escribís mientras escribís o antes o después?
Escribo mientras me grita el Hemismocario, es una
condena, no me divierte para nada, me trivierte, me harta, no he podido
negociar ni siquiera la interrupción de de eso que llaman lectura que no es
sino mirar sombras, “hace muchos años que no escribo, sobrevive la apariencia
de tal cosa, sólo esgrafío lo que me ve” .
Tocando la guitarra ese perro sumerio se descalza humano y piadoso, en
su lamido... no es el mismo perro amarillo del cazador de cabezas, bueno, lo
del poeta-cazador de cabezas es para reñir con holgura.
7.
qué autores no releerías?
Los que escriben con
palabras. Completo, todo el canon completo, toda la literatura consagrada que
alinea criterios y consuela a los lectores. A los escritores que se dan a
entender tal literatura de divulgación estética, y más, otras cristalizaciones
más. Y por supuesto, no leería lo que se entiende, el goce está en lo arduo. No
leo a los que arbitrariamente nos cierran los ojos, a los que por incapacidad
inventan pecados lexicográficos, a los que inventan pecados de omisión
simbólica y se afanan para que los utilicen los demás. A los mansos; los que fosilizan la flor del panadero, a los
que no se ensucian, a los cultivadores compulsivos de premios y concursos, a la
estulticia de ponerle derechos de autor a un poema. No me releería, mis lenguas
caen en desuso.
8.
de los poetas que conociste cuál, cuales te parecieron que unían su vida a sus
palabras?
¿Vida adherida a las
palabras? Lo que he presenciado es algo diferente, son personas habitando la
noción poética, un numen tobogán, una inercia conceptual. Sí, habitantes
involuntarios de la noción de la cual las palabras son accesorias, sucedáneas.
He presenciado personas intermitentes, dispensado sentido en algo que por sí
mismo no lo tiene, la palabra. Prefiero ser un mezquino selectivo, tiendo a ser
recíproco, menciono a los que perecieron: Ezra Pound, Bajarlía, Concepción
Bertone, Néstor Sofía, Ravaisson, Leibnitz, Carlos De Rokha, Calderón.
9.
qué, quién, quiénes escriben en vos?
La intolerancia; un perro
dictador... lo que me sobrevivirá; el miedo, escribimos el miedo. El ello en la
poesía. Testigo del hábito.
10.
vuelven algunas palabras, algunos temas o algunos climas?
Me repito porque me pathos
del ethos sin logos. Este ejercicio de la repetición es mi síntoma de
permanencia, de sujeción a un símbolo retráctil que no reconoce límite, los
temas de un ideario anacrónico e insensato, a un clima que asocio más a esa
noción que logra impregnarnos de nociones, de hábito, del hábito universal y
metafísico que advierte Ravaisson. El pavor a la repetición es una herencia
parecida a la anulación del yo de la emoción, otro de los complejos poéticos.
11.
en tu vida, la poesía como propósito, destino o circunstancia?
Destino de inutilidad.
Destino de condenado a la serendipia.
Como propósito y
circunstancia la usan los terapeutas: ¡poesía terapéutica!
12. qué quisieras leer
mañana, que quisieras releer para siempre?
A Jonathan Swift; a Bergson; a Ravaisson. A
Marcial, siempre a Marcial, cuya obra completa permanece protegida por una
mancha de “chofitol”.
13.
qué pensás del romanticismo alemán?
… Los alemanes ya no iban a
estar para ningún desfile estético más entre nosotros. ¡Qué increíble, la
concepción de la metáfora más parecida a la metáfora española era relegada por
militarista! Lo mejor de lo alemán era la “sacáfora”. Decía en
una notita muy entonada, el romanticismo alemán tal una tregua espiritual, tal
un respiro del guerrero y que no es sino un existencialismo supersticioso, un
exabrupto, una ruptura de los acervos planos, de los destinos planos a que son
sometidos los pueblos, y ¿qué no es el RA sino la mella vengadora en las
miserias cotidianas? Un surrealismo feudal y tardío emanado de un pueblo que
diseñó una existencia que no tendría tiempo de habitar. Un surrealismo dije
que, a diferencia del francés, eligió dormir el cuerpo para sustanciar lo
imposible. Estudiaban español para leer a Calderón de la Barca, eso es esforzarse...
Cada cultura ha tenido su tránsito romántico, los japoneses, los musulmanes,
los indios, notoriamente los que beligeran para que no los leamos. Don Heine y
su Deutschland, ein Wintermaerchen. Los romanticismos son siempre el triunfo de
algún paganismo ilustrado.
14.
el silencio, la soledad, la transparencia, el orden, adentro, afuera, a
veces, nunca ?
Todas supersticiones del ser
en el Ser, pero entretienen: orden es violencia. Para lograr la transparencia
beber y beber tinta.
15.
qué fue lo
imposible?
Esquivar la nutrición del
mal; estar allá y tocarle el tafanario a Ishtar... Ver a Oanes y a Amoroca
caminar en los mercados de Barsippa. Dejar de añorar lo poco; leer los otros
fragmentos de Parménides; que sólo haya diosas; La humildad, esa tiranía de lo
simple... Vivir en La
Puta. Flotar en lo cocido. Volver a andar en bicicleta con mi
viejo.
16.
la poesía es una arma cargada de futuro, pasado, eternidad?
En un reportaje a Tchaikovski le preguntan sobre la función del folclore
(la poesía sería nuestro folclor...). Él responde que el folclore tiene la
función de avisar al presente e informar al futuro. Es evidente que esto sucede
cuando los tópicos y sus contenidos operan de tal modo. Un panfleto puede
hacerlo; un panfleto disimulado, también; frente a la muerte del lector
polisémico no veo mucha aptitud de objeto conservador de futuro, pasado y
eternidad asociado a la poesía. ¿Será un espacio de ignorancia? ¿Una estrategia
de deseo sin placer? ¿Será esta sensación tegumentosa que tenemos como cuerpo?
¿Será la patraña del tiempo que en sí misma es un vector de desplazamiento?
¿Será reñir con el ajeno irreconocible? Entonces, tal un cofre, vasija, tal un
supositorio encomiable la poesía se dejará fecundar por nosotros... nos hará de
mensajera, lo creo imposible. Fijar una emoción más o menos lograda y
evanescente, qué fantástica imposibilidad. Dos armas recuerdo. Una contra la
mentira: un rito en el cual se empolva con cal, con mucha cal hasta formar una
costra, la cara del cuestionado y luego se le formulan varias preguntas, si al
responder se desprenden cascaritas, la mentira está, es el rostro del
sicofante, el gran simulador ¿no es arma toda simulación?. La otra es esa
vejiga inflada con que los habitantes de la isla de La Puta en “Viajes de Gulliver”
se hacían golpear para reaccionar, salir del sopor somnífero en que vivían. El
más pudiente se costeaba la mejor vejiga, y los aristócratas poseían vejigas
mullidas con sostenes de palos de sabul, una especie de sicomoro, sicomoro que
además daba el higo que los griegos utilizaban como moneda: moneda-máscara-vejiga-cal-sicofante-poesía.
17.
la poesía es literatura?
Dirán que no, menos dirán
que sí, en cuestiones de sacralizar... otra superstición que trata de
desvincular. (Está de moda no saber, o saber de indefiniciones, son simpáticas
las indefiniciones.) ¿Será la literatura esa turra que vende literas?... a
expensas de ofrecer qué cosa que sí tiene la poesía despierta. O al establecer
un linaje instintivo singular y prodigioso, casi rayano en lo arcaico elitista,
le prodigamos un valor; ¿Prodigio de la pureza?, ¿Colisión de purezas?. Qué
parte materialista de la poesía asusta, qué ingratitud tratamos de que ella no
vea en nosotros y que se acerque, se quede como un pajarito que viola su
distancia de escape y nos venda un libro... Sí, es literatura cuando vende
vendas, no cuando desgarra vendas.
18.
qué lugar ocupa la poesía argentina en Latinoamérica y en
la lengua castellana?
No abrí la pregunta para no estropearla.
Una emboscada en la luna, esto es como
preguntar ¿qué lugar ocupa el número 17
entre todos los números? ¿qué lugar
ocupa el número argentino 17 entre los números latinoamericanos? O “halle un número argentino que multiplicado
por sí mismo divida a algunos números
latinoamericanos” o decir ¿hay lugar para un número más entre los números primos?
¿un pariente más?. Se destaca nuestra elidida capacidad para responder ¿será
nuestra falta de noción objetiva? Eso, somos un número hecho primo a fuerza de
equilibristas tullidos. Mi abuela materna era castellana de Burgos, Castilla la
vieja, si me hubiese leído, no creo posible contrarrestar su “lengua seca y de
acertijos”. Lengua seca, así se llamaba en la antigüedad a las lenguas usadas
para negociar y sojuzgar, como el castellano, nosotros y los poetas sevillanos
(tan ignorados) la hemos fermentado. Hay un épica existencial precolombina
inserta en los glifos que no es la voz inventada por la culpa clerical; puente
de lianas, asfixia de coral; gran parte de nuestro aporte ha sido para
congraciarnos con las formas europeas; pero ya no somos conjeturales, somos
distintivos, poderosos, pese a la tendencia de traducirnos a nosotros
mismos. No abrí la pregunta para no
estropearla.
19.
cuáles poetas argentinos te parece que deberían estar y no están?
Está maduro el mito de que
los que no están sobrevivirán a los que están... Esta falsía de que lo que está
en el interior está oculto. ¿Qué somos entonces? ¿Escritores del exterior? Me
parece que están trastocadas las nociones de visibilidad, casi como una
imposición estructural; me desagrada este trato con poetas a quienes se los
trata casi como al buen salvaje; no puede haber misericordia más ruin de
reconocer a un nonagenario, algo pasó tarde, los poetas no se jubilan. Reunidos
todos los pareceres sobre el caso, el esquivo veredicto de los poetas se hace rico
y variado, todos sabemos algo, conocemos la parte cercana del asunto, la
sección lejana parece un daño elástico, un boomerang delator que nadie quiere
atajar.
20
alguien te llevó o fuiste solo a esa palabra oscura?
A
los catorce o quince años pisé en una plaza una hoja mecanografiada de un poema
de Blanchot, conservo esa hoja, el estro hace el resto. Tal vez el fondo de mi
casa de San Justo es la matriz de tierra y alambre que me hizo, que me vulneró
de serendipias.
21.
fuera de la poesía que campo del arte te interesa?
Todos; y como practicante la
música; la luthería y la electrónica analógica.
22.
la poesía es una tarea del espíritu o una emanación de la
historia ¿hay espíritu, hay historia?
Según donde
ponemos la relevancia, pasaremos por Hegel, por Marx, las reorientaciones
bergsonianas, un poco de Wahl y para las vocaciones de la consciencia,
Nédoncelle.
La historia es
una infección metonímica, la regla feudal, la mente feudal, que aún opera en
nosotros, necesita idealizar esa entelequia creada no ya para la dominación
sino para la alienación sensible. La historia es el rito categorizador por
antonomasia, es una ceremonia permanente para la diferenciación, la historia es
la propaganda del tiempo. Presentada así, existe para varios fines. Tengo la
exagerada noción de que el espíritu es la voluntad, el deseo y el sentido
funcionando a la vez; sólo a la vez... esta convergencia trialoga con los
objetos y con la superficie mágica entre los objetos, de aquí, de esa fase desvalida y virtuosa nos
arrastramos clandestinos en la mirada.
Toda ocupación
del alma es distraída por la tensión intencionada de la psicosis, si lo nuestro
en vez de provenir de la creación proviene de la copia entonces todo el ser
psicótico es poeta, no es esto lo enfermo ni lo condenable, sino el menester de
la voluntad consoladora. Este pasaje por la naturaleza, por las naturalezas
inservibles nos hace visibles en el hábito de vincular las nadas. El espíritu
es el psicótico que psicotiza la existencia para resistirla tal explicación.
23.
cuál es la mayor dificultad en la relación existencia-poesía?
Me gustaría desplegar un
esquema de apostillas, siempre lo hago cuando me atasco en lo retórico; rescato
así lo suscitativo. Las apostillas suelen tener cierta violencia conceptual,
averiguaciones inútiles, no son aquí un prospecto sino una preocupación, la
mía, mí ejercicio: la complejidad irreductible de nombrar lo que no existe.
Que el que lee crea conocer
al que escribe
Me leo y me desconozco
Bibliografías subdesarrolladas
El dominio de la explicación
La alfabetización del
espíritu
El idioma explicado de los
argentinos
Ocupar toda la memoria con lo
ajeno
Las místicas berretas
Los objetos de carne
La proyección de lo escaso
Teflón de doxa para la
viscosidad
Los métodos superlativos
La ignorancia polisémica
Entregarse a la serendipia
La acumulación delgada
Nadie fecunda a cenicienta
Su candor infecundo
El estro locuaz
El poeta en su tara
Las vejigas en la isla
flotante de La Puta
Psicosis y serendipias
Una lengua muerta que te
resucita
Un kilo de sal
24.
quisieras responder otras preguntas, quisieras hacer otras preguntas?
Agradecer es mi pregunta.
very nice posts. really to be appreciated awsome and a great stuff keep posting like this.having a great smile here .too good
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