1.
¿Qué objetos te acompañaron toda tu vida?
Libros, cuchillos, mates, y si bien no es un
objeto, el recuerdo de mis mayores (mirando para arriba en años, ya no tengo
a nadie...). Ah! y un juguete de la infancia, un “marcianito” o una suerte
de “guerrero del espacio” que quedó atrapado cuando chico en una refacción de la
casa, debajo de un piso... 40 años después, en una nueva refacción, uno de los
obreros que trabajaba en ello me dice: “mire lo que encontramos...”. Lo
increíble es que yo nunca lo había olvidado. El tiempo no es nada. No es nada. O
bien es circular.
2.
¿Sentís presencias, voces, músicas del trasmundo?
No (desde el lado que supongo me lo estás
preguntando). La verdad que no. Me gustaría. Sólo viven en mi imaginación y
en mis sueños (bueno, tal vez de alguna forma entonces sí,
están...).
3.
¿Qué pensás de la rosa, los anillos, el mar y los tatuajes?
La rosa (tema universal en poesía, desde Huidobro a
Sandro de América, je...) no me dice nada. La rosa no me inspira. Me gusta
más el tulipán (¡No el forro, bestia!) y sobre todo, si es negro. Un
tulipán negro es una maravilla de flor, creada por el hombre, no existía en
estado natural hasta que en Holanda, creo, lo lograron.
Los anillos me encantan por el arte que pueda denotar su
estructura o la historia que ocultan y sobre todo, si tienen un diamante
incrustado. Me encanta el diamante, aunque no tengo ninguno, alguna vez espero,
tener... alguno (che... de verdad, “denserio” ¿eh? Me gustan más allá de su
valor monetario). Pero con el tiempo los anillos, también tema universal en
literatura desde: “El anillo de los nibelungos” por ejemplo, hasta el “Linterna
Verde” del cómic, con el uso decía, los anillos sufren una transformación
interesante, y crecen en importancia más allá del arte que conllevan. Con el
uso, los objetos parecieran tener “Alma”. Bah... eso pienso.
El mar... (a su lado, se desarrollaron, las grandes
filosofías del mundo como la griega) el mar... sólo me gusta si no hay gente
al lado. Odio el mar con gente al lado de él... Es tan hermoso que la sola
presencia de un bañista lo arruina todo para mí. Por lo tanto y por culpa de los
veraneantes histéricos, famélicos, hirsutos y etc. etc., me gusta el mar en
invierno. Y ahí sí es “poesía pura” el loco, y bien se merece un poema.
¿Tatuajes? No, no tengo, no necesito una
libélula tatuada, ni alas en los pies, para poder volar... (A quien le quepa
el sayo que se lo ponga al saco y se saque el pongo... ¡Juá!).
4.
¿Cuál es tu superstición?
No tengo... ¡Ah! Sí... a veces: “tocar madera”. No
me pregunten por qué, por herencia genética tal vez, información que me llega
desde mis mayores. Que sé yo... aparte, la madera es noble, eterna, más duradera
que el hierro en algunos casos, hermosa, siempre está bueno el tocarla. A lo
mejor, mucho más cuando se está ante la posibilidad de alguna porquería en
ciernes...
5.
¿En qué parte del cuerpo, el aire o el paisaje sentís la poesía?
En todo. En el cuerpo en el aire y en el paisaje.
Se es uno con el todo en el proceso misterioso de hacer poesía. Al menos yo, lo
siento así.
6.
¿Escribís mientras escribís o antes o después?
Se escribe durante, antes, y después. Se escribe
con lo que va surgiendo, con aquello que disparó el escrito o se recuerda, y
proyectándose ¿por qué no? también en lo que devendrá del mismo, de su lectura
posterior. Se transita así en la escritura (a veces) todo el tiempo junto
de una vez. Es una belleza el escribir ¿no? Es un estado único. Atemporal.
Atemporal...
7.
¿Qué autores no releerías?
A muchos. Pero no me arrepiento de lo leído. Lo
leído, leído está. (No así lo escrito, siempre cuadra la bendita corrección,
siempre... je).
8.
¿De los poetas que conociste cuál, cuales te parecieron que unían su vida a sus
palabras?
Georg Trakl, aunque era víctima de esa unión, de su
condición de catarsis pura del dolor, era... J.L.Borges también... E.Sábato, y
muchísimos... y devolviendo gentilezas y porque sé que es así, mi amigo E.
Charpentier.
9.
¿Qué, quién, quiénes, escribe en vos?
Yo, escribo a las cosas. O lo intento al menos, con
mayor o menor fortuna. Pero yo soy la pluma, el tintero, y la hoja en blanco que
está ahí para dejar de serlo.
10.
¿Vuelven algunas palabras, algunos temas o algunos climas?
Me encantan las recurrencias, las obsesiones, y
sobre todo cuando no vuelven iguales, cuando vuelven con bríos renovados, nuevas
palabras, nuevas frases, nuevos versos para decir en el papel. “La canción es
siempre la misma” rezaba el título de un viejo tema del rock. Es así.
11.
En tu vida, ¿la poesía como propósito, destino o circunstancia?
La poesía es mi vida. Así lo decidí hace centurias
ya... La poesía como “Todo”.
12.
¿Qué quisieras leer mañana, que quisieras releer para siempre?
Bueno, algo siempre, de los autores citados más
arriba, por ejemplo. Siempre es saludable el volver a ellos. Y a muchos otros
por supuesto. La lista es enorme.
13.
¿Qué pensás del romanticismo alemán?
Prefiero el Expresionismo Alemán. Me es más afín.
Y ¿pensar sobre el Romanticismo Alemán? dentro de
mis limitaciones es sólo el limitarme a admirarlo como a los otros movimientos
literarios de la historia. Aprender de ellos, sacar recursos de ellos, que me
sirvan para el hoy de mi escritura.
14.
¿El silencio, la soledad, la transparencia, el orden, adentro, afuera, a veces,
nunca?
Todo ello es material “de” y “para”: “La poesía”.
Tanto dentro como fuera a veces y también nunca, cuando uno se toma un respiro
de ella, casi siempre por un pesar o por la baja autoestima que siempre acecha,
y pareciera, entonces, que “la dama oscura” nos abandona... (¡Ay! La
sensación de “vacío” entonces...). Pero todo es material poético al fin y al
cabo, y no, no molesta.
15.
¿Qué fue lo imposible?
No haber sido mejor, escribiendo. Pero todavía no
claudico, estoy en eso... je.
16.
¿La poesía es un arma cargada de futuro, pasado, eternidad?
Es tanto un arma como una flor. ¡Que cursi! ¡Ja! mi
respuesta... e’cir, según la circunstancia cualquiera de sus máscaras puede
servir. Según el terreno según la táctica, decían los Samurais.
17.
¿La poesía es literatura?
¿Lo es el cuento y la novela? ¿Existe un arte
menor? ¿O existen intelectuales equívocos que “mensuran” el ingenio del hombre
vuelto belleza, la palabra vuelta belleza, que es el arte?
18.
¿Qué lugar ocupa la poesía argentina en Latinoamérica y en la lengua castellana?
La que el lector (¿lector = canon? ¿Uno de los
tantos gestores? que tema éste ¿eh?) disponga que ocupe. No es asunto de la
poesía el preocuparse mucho en ello... Para mí, está muy bien así. (Incluso,
sin el Sr. /Sra. “lector” que la merodee ¡Ja!).
19.
¿Cuáles poetas argentinos te parece que deberían estar y no están?
Todos. Todos mis colegas en la palabra que se
labra, que se cuida, tendrían que estar.
20.
¿Alguien te llevó o fuiste solo a esa palabra oscura?
Nos fuimos el uno a la otra, y nos fundimos entre
sí. Y fue amor y dolor... y todavía dura.
21.
¿Fuera de la poesía que campo del arte te interesa?
La música y la pintura.
22.
¿La poesía es una tarea del espíritu o una emanación de la historia ¿hay
espíritu, hay historia?
No existe historia sin espíritu, tampoco pasión sin
él, y la pasión sobrevuela toda la historia humana... y la hizo, y tampoco sin
un poeta que la escriba, a veces.
23.
¿Cuál es la mayor dificultad en la relación existencia-poesía?
El dolor. Cuando duele. Duele como el
demonio.
24.
¿Quisieras responder otras preguntas, quisieras hacer otras preguntas?
No. Por mi está bien. Me voy a preparar unos mates.
Muchas gracias Schmidt. Gracias... nos vemos, espero, cuando vengas a Buenos
Aires.
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