(1)¿Qué objetos te acompañaron toda tu vida?
Algunos libros, no más. Los objetos no suelen acompañarme con la necesaria sensibilidad.
(2)¿Sentís presencias, voces, músicas del trasmundo?
No, por suerte.
(3)¿Qué pensás de la rosa, los anillos, el mar y los tatuajes?
La rosa es un símbolo demasiado gastado y los anillos no me traen inspiración; el mar, en cambio, me parece potencialmente superior como metáfora. Y los tatuajes sólo he sentido que funcionan en El Hombre Ilustrado.
(4)¿Cuál es tu superstición?
La mitología griega.
(5)¿En qué parte del cuerpo, el aire o el paisaje sentís la poesía?
En el entorno.
(6)¿Escribís mientras escribís o antes o después?
Antes, mientras y después. El acto de escritura es tan sólo el Big Bang de un proceso. Se va gestando silenciosamente. Y luego, a ordenar las cosas.
(7)¿Qué autores no releerías?
Muchos.
(8)¿De los poetas que conociste cuál, cuáles te parecieron que unían su vida a sus palabras?
Javier Adúriz, poeta faro sin dudas, me impactó al escucharlo por primera vez leer sus poemas; y otros aún entre nosotros, como Amadeo Gravino, Marga Mangione, Marcelo N. Motta.
(9)¿Qué, quién, quiénes escriben en vos?
Escriben mis ecos, mis reflejos, y mis silencios. Sobre todo estos últimos, que son completados con las otras voces, esas que apenas llego a rozar pero que justifican la tarea.
(10)¿Vuelven algunas palabras, algunos temas, o algunos climas?
Sí. Y ya me rendí a sus embates, ahora sólo los dejo venir y acurrucarse, con buenos modales, entre los versos que celebran cierta originalidad.
(11)¿En tu vida, la poesía como propósito, destino o circunstancia?
Como propósito, intención, búsqueda. Como perspectiva, fundamentalmente.
(12)¿Qué quisieras leer mañana, qué quisieras releer para siempre?
Mañana, quisiera leer a jóvenes poetas. Y releer para siempre, algún haiku de Basho.
(13)¿Qué pensás del Romanticismo Alemán?
Abrió una puerta por la que aún hoy cruzamos.
(14)¿El silencio, la soledad, la transparencia, el orden, adentro, afuera, a veces, nunca?
Si la soledad en la escritura remite a la Torre de Marfil, no, nunca. El silencio, afuera, como pre-historia del texto. La transparencia quizás como consecuencia de una mirada. El orden, mejor la multiplicidad de órdenes posibles.
(15)¿Qué fue lo imposible?
Lo inmutable, lo estático.
(16)¿La poesía es un arma cargada de futuro, pasado, eternidad?
No creo que de eternidad. Sí de pasado. Pero de presente ante todo: la poesía actúa sobre el ahora. De futuro quizás como utopía.
(17)¿La poesía es literatura?
Si la literatura es algo…
(18)¿Qué lugar ocupa la poesía en Latinoamérica y en la lengua castellana?
Desde el Popol Vuh, ha acompañado la construcción de esta unidad cultural, lingüística. Y en la lengua, tanto castellana como en otras, la poesía ha implicado siempre renovación, sobre todo del óxido que estropea las visiones.
(19)¿Cuáles poetas argentinos te parece que deberían estar y no están?
¿Estar o no estar? En el canon académico de hoy quedan afuera demasiados, creo que todos los que he estado nombrando; en cuanto a mis gustos, puedo mencionar a Héctor Yánover, como uno de los poetas que aprecio y considero que no tiene el lugar correspondiente.
(20)¿Alguien te llevó o fuiste solo a esa palabra oscura?
Me llevaron de a muchos, todos juntos y en andas: los otros que me antecedieron en la tarea de escribir.
(21)¿Fuera de la poesía, qué campo te interesa?
La crítica literaria y la historia.
(22)¿La poesía es una tarea del espíritu o una emanación de la historia? ¿Hay espíritu y hay historia?
Ambas cosas. La historia requiere de los espíritus para poder narrarse, pensarse, persistir, cobrar entidad; ya los antiguos aedas cantaban los sucesos de las comunidades.
(23)¿Cuál es la mayor dificultad en la relación existencia-poesía?
La dificultad para conseguir ciertos libros, ya sea por su alto costo o por su falta de distribución.
(24)¿Quisieras responder otras preguntas, quisieras hacer otras preguntas?
“¿Qué opinión te merece este cuestionario?” Me parece muy fructífero para repensar nuestras posiciones, y ha sido un honor haber participado.
Poemas suyos han aparecido en las antologías Sueño Ecológico (Ediciones Independientes Rubén Sada, 2010) y Duendes del Sur –Café Literario Almafuerte- (EdiBer, 2011). Ha sido autor del prólogo para la segunda edición de la novela Muerte súbita, de Marga Mangione. Publicó en 2011 el poemario Fin Del Enigma, por EdiBer –Editorial Municipal de Berazategui-.
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